Es una ruta de Guadarrama clásica. Ya había realizado la ruta en 1997, sólo que en aquella ocasión el punto de partida fue el Puerto del León, un paso de montaña que se cosntruyó en tiempos de Fernando VI. Como a mi me cae mejor su hermanastro Carlos III, decidí que esta vez el origen sería San Rafael, una localidad que surgió a partir de una casa de postas que mandó construir éste último.
Después de comprar algo de pan para poder hacer los bocadillos, y tomar un cafecito en un bar del pueblo, comenzamos a buscar el camino. Eran las 11 de la mañana, hacía un día soleado sin ninguna nube, así que la cazadora fue a la mochila.
Comenzamos la ruta buscando las señales rojas y blancas que marcan el GR. Yo llevaba mi mapa de Guadarrama de La Tienda Verde, que ya me ha acompañado en otras ocasiones, y alguna descripción de la ruta que había leído. Pasamos un arroyo, por una vaya, seguimos por un pinar con pequeñas piñas, y el camino comineza a empinarse, por lo que recibo los primeros improperios.
A los 4 km llegamos al asfalto de una carretera secundaria, sitio para tomar un pequeño almuerzo, y vuelta al camino. Miramos hacia atrás y vemos un refugio
, seguimos las señales mientras pasamos entre grandes bloques de granito y pinares. En un determinado momento nos equivocamos de camino, se mira el mapa, y volvemos hacia atrás. El camino se vuelve a empinar para subir Cerro Carrasqueta, que finalmente lo rodeamos por la izquierda, cuando por la derecha hubiéramos tenido un camino más cómodo y hubiera recibido menos insultos.
Poco después, aprovechamos para comer. Vemos la Cruz del Valle de los Caídos, son las tres y media, con la mitad del recorrido realizado.
Después de comer continuamos por un terreno que desciende, hasta encontrar una vaya rota que nos permite pasar a Ávila. El terreno es cómodo a veces, con pequeñas subidas, hasta que llegamos al refugio de la Naranjera
, donde aprovechamos para parar otro poco, son las 16:30, y todavía nos quedan 7 km.
El siguiente destino es la cima de San Juan, a 1734 metros de altura, donde llegamos tras pasar alguna dura pendiente. 
Ya está cerca el Pico Abantos, la última cumbre del día a 1753 metros. La vista que se obtiene desde ahí parece que devuelve la moral al grupo. Abajo se ve el monasterio y el pueblo. Se aprecia también gran parte de Guadarrama, como La Peñota, Siete Picos, Bola del Mundo y La Pedriza. También se ven al fondo las siluetas de las 4 torres de Madrid.
Sólo falta bajar, lo difícil está hecho, o eso pensábamos. Y es que el descenso se hace largo por y muchas veces por campo a través, saltando de piedra en piedra. Una hora de descenso pronunciado hasta llegar a una carretera asfaltada. Todavía queda 50 minutos para poder estar andando en las calles del pueblo, y 15 minutos más hasta llegar a la plaza del Monasterio.
Ya hemos terminado, nos tomamos un refrigerio en un bar donde la amabilidad brillaba por su ausencia, y a coger el tren. El día ha sido largo, pero se ha conseguido.
