¿Una zapatilla por un piso?

El año pasado, el canadiense Kyle McDonald quería un contrato para grabar un disco. Para conseguir este contrato de una forma barata, se le ocurrió una novedosa idea: Cambiar un clip rojo por otro producto de mayor valor, y así, con sucesivos trueques, conseguir el ansiado contrato de grabación.
Su clip lo cambio por un bolígrafo en forma de pez, el bolígrafo lo cambio por un tirador para una armario, y así hasta que consiguió su contrato de grabación. Es una historia curiosa y divertida, merece la pena mirar la página del amigo Kyle.

Y similar a esta historia es lo que leí el otro día en el navegante de elmundo.es. Un asturiano de 28 años quiere repetir la misma experiencia, pero esta vez su idea es partir de una zapatilla para conseguir un piso o chalet en Gijón, todo a base de trueques. Merece la pena ver su página web. Comenzó a funcionar el 21 de marzo, y su idea era cambiar una zapatilla nueva del pie derecho por otro artículo. De momento le han ofrecido cambiarlo por un pollo de goma, 2 noches de hotel, un monitor CRT de 17", una caja de sidra,...

Habrá que estar atentos a ver como evolucionan sus trueques, y si finalmente consigue su desdeado piso. Aunque si consiguiera el piso, según mi hermano "el economista", hacienda le haría una visita.

Me cuenta mi hermano que el trueque está considerado fiscalmente como permita de bienes o derechos. Se considera como pérdida o ganancia patrimonial la diferencia entre el valor del bien que se cede y el valor del bien que se recibe a cambio. A la hora de la liquidación se encontrará con que tiene que pagar al fisco un 20% de la ganancia patrimonial anterior.

Al final puede que le salga rentable, pero ¿conseguirá finalmente el piso?