sábado, 6 de agosto de 2005

Para las latas de Coca Cola agitadas

Después de una semana de vacaciones, vengo con nuevas e interesantes historias que contar.
La que os pongo a continuación está sacada del weblog Curioso Pero Inutil, un weblog que leo habitualmente y que recomiendo por la cantidad de articulos interesantes que se pueden leer.(a ver si un día de estos pongo mi blogroll y así podéis ver que sitios leo).

Tomado de Curioso Pero Inutil:

Hoy, CPI patrocina una solución para los problemas de sus lectores. CPI se ha levantado esta mañana con vocación de servicio público. Y eso no ocurre tan a menudo, así que ¡aprovéchense!
Seguro que la mayoría de mis lectores han sufrido más de una vez el letal y pringoso ataque de espuma de una lata de Cocacola agitada inmisericordemente por una máquina expendedora con malas pulgas. Muchas veces es posible adivinar, antes de abrir la lata, que el contenido está levemente revuelto. Por ejemplo, cuando el sonido de la lata supera los 100 decibelios a 10 metros, y podemos sentir en nuestros higadillos cada golpe a medida que la lata va siendo vapuleada en las entrañas de la máquina:

¡Bip!
¡CLANG!
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¡CRASH!
¡¡¡CLINSHCLANSHCATATHUD!!!

Sabemos que, en estos casos, NO debemos abrir la lata inmediatamente, sino esperar a que poco a poco el líquido "se asiente". Esto es especialmente doloroso en los días de calor y sed. Miramos la lata y pensamos "tan cerca, tan lejos..."
Pues bien. Sepan mis sufridos lectores que el ataque de espuma de una lata agitada está bien estudiado por la física. Una cocacola es, a los efectos que nos interesan, un líquido con un gas (anhídrido carbónico, o CO2) disuelto en él. Los gases tienen una solubilidad en los líquidos, es decir, para un gas y un líquido dados, hay una máxima cantidad de gas que podemos disolver en el líquido. Esta solubilidad disminuye, por ejemplo, si aumentamos la temperatura o, como en este caso, si agitamos la disolución. Cuando la lata recibe la paliza parte del gas deja de estar disuelto, y se forman multitud de burbujas, que quedan adheridas al fondo y paredes de la lata. Al abrir la lata, la diferencia de presión entre enl interior (alta presión) y el exterior (baja presión) hará que las burbujas asciendan a la superficie, arrastrando el líquido y formando toda la espuma que saldrá de la lata. Para evitarlo, estimados lectores, hay que dar pequeños golpes con los dedos (lo que en España llamamos "tobas", igual que los golpes que le damos a nuestros hermanos pequeños en las orejas) a lo largo de las paredes de la lata. Así, desprenderemos las burbujas de las paredes, haciendo que asciendan hasta la parte de arriba de la lata. Y al abrirla, el gas escapará, pero no arrastrará consigo al líquido, y no se formará tanta espuma. ¡Y ya está!

2 comentarios:

  1. Anónimo8/8/05 20:35

    Dios!!! ¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin saberlo????
    ¿Sirve también para las latas de Fanta? ¿Y las de KAS?

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